MISIÓN
PLACETAS
La comunidad en Cuba
A partir de 2006, la comunidad San Martín fue encomendada paulatinamente por el obispo de Santa Clara, Mons. Arturo González, con las tres parroquias de Placetas, Fomento y Zulueta. Esto representa un total de más de 110.000 habitantes, en un área muy grande de 1.500 km2.
La parroquia San Atanasio comprende el municipio de Placetas en la provincia civil de Villa Clara. Se encuentra a 300 km al este de La Habana, en el centro geográfico de la isla. Se incorporó en 2022 la parroquia de Zulueta, limítrofe, justificando la presencia de un 5º sacerdote para la misión.
Más recientemente se ha agregado la parroquia de Nuestra Señora del Rosario, más al sur, que abarca el municipio de Fomento en la provincia civil de Sancti Spíritu. Esta adición amplió enormemente el alcance de la misión.
La Diócesis de Santa Clara
La diócesis fue creada por San Juan Pablo II en 1995. Su primer obispo fue el obispo Fernando Prego Casal. La diócesis y su catedral están bajo el patrocinio de Santa Clara de Asís. La actual capital diocesana es Santa Clara, fundada en 1689.
En el territorio diocesano existen poblaciones presentes desde los primeros tiempos de la colonización, como Sancti Spíritus, fundada en 1514, una de las primeras 7 ciudades de Cuba, y Remedios, octava ciudad cubana, fundada en 1515.
Monseñor Arturo González es obispo de la diócesis desde el 18 de julio de 1999, ordenado a los 42 años a petición de San Juan Pablo II. Fue él quien llamó a la Comunidad a venir y fundó una misión en Placetas. Obispo, es también protector de la misión por su paternal vigilancia y solicitud.
La Iglesia en Cuba
Católica por sus raíces españolas, la Iglesia en Cuba primero fue debilitada por la Revolución de Castro. Entre la confiscación y la intimidación, la práctica desapareció entre 1959 y 1995. Habiendo trabajado la Santa Sede ardientemente por la libertad de culto, las iglesias reabrieron poco a poco.
Hoy, el despertar de la santería (religión animista afrocubana), el atrincheramiento de las iglesias evangélicas, la secularización del norte y la crisis político-económica sin precedentes, la emigración masiva y la ausencia de familias cristianas desafían y apasionan la labor misionera.
La isla de 11 millones de habitantes tiene 300 sacerdotes, más de la mitad de los cuales son extranjeros. La pastoral juvenil, para preparar los hogares cristianos y despertar las vocaciones sacerdotales y religiosas es, por tanto, una alta prioridad.